El movimiento tiny house no solo implica vivir en una casa diminuta, también está relacionado con un estilo de vida mucho más simple, el respeto al medio ambiente, la seguridad financiera, ser autosuficiente, e incluso tener cierto espíritu nómada y aventurero. Una pequeña vivienda también es sinónimo de menos materiales empleados para su construcción, y menos residuos generados. Los aparatos electrodomésticos gastarán menos, se reducen drásticamente los gastos en mantenimiento, además del consumo de agua y electricidad. Al final, el propietario habrá pagado también menos impuestos, y si dispone de sistemas renovables para producir energía y un baño ecológico, podrá tener movilidad.
Lorraine cumple con todos esos requisitos. Es una casita de madera diseñada para ser el refugio perfecto para un escritor, o para una pareja que quiera apartarse de la civilización durante un largo fin de semana, en los bosques de New Hampshire (al norte de Boston), donde está ahora mismo ubicada.



En sus 15m2 ofrece todas las comodidades básicas que precisa un hogar, pues dispone de cocina, cuarto de baño (con inodoro de compostaje), espacio para escribir, y una cama grande. Pero además estamos ante una pequeña vivienda que está equipada con energía solar, para que pueda funcionar completamente independiente de la red. Su equipamiento incluye una estufa a gas, dos fogones para cocinar, y sistema cerrado de agua.
El edificio fue fabricado en tan solo 4 semanas, en un astillero de East Boston, y ahora está disponible para alquilar por 99 dólares la noche, con provisiones de alimentos incluido. Si bien el exterior da una imagen demasiado austera, por dentro resulta un espacio mucho más acogedor, pues está completamente revestido de madera (no de muy buena calidad). La cama está encajada en un extremo, y ligeramente tapada, mientras que en el lado opuesto de sitúa el cuarto de baño. La sala dispone de un banco que también es utilizado para guardar objetos, un tablero que es continuación de la encimera de la cocina, con estantes debajo y sitio para sentarse a comer o utilizar como escritorio, y un largo estante superior (mejor si hubiera sido una línea de armarios). Las ventanas colocadas garantizan buena entrada de luz natural, y una estupenda vista al exterior.
Esta pequeña vivienda ha sido diseñada por Rachel Moranis, Addison Godine, y Wyatt Komarin, y construida por Patrick Mulroy, todos ellos de Getaway, una startup de estudiantes miembros del Harvard Innovation Lab y del Millennial Housing Lab, que están enfocados en ideas frescas para la vivienda de hoy, desde la arquitectura, diseño, financiación, regulación y fomento. Getaway es el primer proyecto iniciado para la promoción del movimiento Tiny House.
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